La internacionalización de la educación superior debe servir para apoyar el proceso de trasmisión y generación de conocimientos en las universidades, a través de la profundización en la docencia y en la investigación, contando con el apoyo de universidades internacionales que nos llevan ventaja en el desarrollo científico y tecnológico, mediante alianzas académicas que acompañen las maestrías, los doctorados y apoyen los canales de investigación científicos.
La globalización debe servir para afianzar la generación de conocimiento autónomo, y para afianzar la identidad científica, histórica y cultural del país, antes que la trans-culturalización, que hace que se pierdan las raíces nacionales.
La internacionalización de la Universidad debe procurar la integración de las labores académica, en un marco de respeto por la educación y la diversidad cultural, antes que la negociación comercial, que mercantiliza la educación superior.
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