LA COBERTURA Y LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN

Solo un reducido porcentaje de jóvenes tienen la oportunidad de ingresar a la universidad, siendo esta fase educativa complementaria y de marcada importancia en la formación del ser humano, del ciudadano y del profesional.

La universidad oficial debe ampliar la cobertura, el número de cupos universitarios deben ser independientes de la calidad de la educación y de la adecuada y suficiente financiación. La ampliación de la cobertura y la calidad de la educación es una propuesta social y debe responderse a ella.

Según el artículo 07 de la Constitución Nacional, “la educación tiene la función social de accedernos al conocimiento de la ciencia, la técnica y los demás bienes y valores de la cultura” el estado debe proporcionar los recursos para su adecuado financiamiento.

La calidad de la educación tiene que ver con la infraestructura, los docentes, los alumnos, los procesos de enseñanza – aprendizaje y los recursos.

Asegurado estos requisitos, la calidad se inscribe en un proceso que involucra, la educación y el entrenamiento para la calidad, incluyendo la labor académica y las labores administrativas.

Las actividades de la enseñanza tienen que ver con el desarrollo científico y pedagógico desplegado por el docente en su función de orientador del conocimiento en relación con el alumno que busca la verdad en el programa profesional que ha seleccionado para su formación, mediante el ejercicio libre y responsable de la crítica, de la cátedra y del aprendizaje.

Las actividades del aprendizaje requieren que el alumno despierte las potencialidades del ser humano de una manera integral y tiene por objeto el pleno desarrollo de los alumnos y su formación académica o profesional.

Respetando los fines específicos de cada campo del saber, el aprendizaje debe despertar en los alumnos un espíritu reflexivo orientado al logro de la autonomía personal en un marco de libertad de pensamiento y de pluralismo ideológica que tenga en cuenta la universalidad de los saberes y las particularidades de las formas culturales existentes en el país.

Para ello la educación superior se debe desarrollar en un marco de libertad de enseñanza, de investigación y de cátedra.
La educación superior es un servicio público cultural inherente a la finalidad social del estado.

El estado de conformidad con la constitución nacional y la ley universitaria garantiza la autonomía y vela por la calidad del servicio educativo a través del ejercicio de la suprema inspección y vigilancia.

Pero esta no implica intervención en la educación superior, llega tan solo al reconocimiento de que las universidades públicas como la UIS cumplan con los principios fundamentales y con los objetivos de la educación superior consagrados en la ley.

No basta con que la UIS se fije objetivos y tenga que responder a la exigencia de indicadores para medir su calidad, sino que el comportamiento de los diferentes estamentos que constituyen la comunidad universitaria sean motivados y canalizados a través de una interacción entre el ejercicio del saber, del hacer y del ser.

El papel del rector y del cuerpo directivo debe ser el de motivar, liderar, y valorar el proceso de transmisión y construcción de conocimiento permanente y el entrenamiento para el trabajo y las labores administrativas de apoyo, que propendan por una verdadera educación de calidad y al alcance de los diferentes estamentos que conforman la comunidad de la UIS.

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